El negocio de las remesas —el envío de dinero desde y hacia la Argentina—viene creciendo a un ritmo importante en los últimos años. Un incremento acelerado que, hasta hace apenas un año atrás, respondía tanto al mayor flujo de dinero desde el país hacía otros países del exterior, como también al aumento de la cantidad de argentinos que viven afuera y envían dinero a sus familias. Sin embargo, la profundización de la crisis económica local ha cambiado en forma drástica esa ecuación.
En rigor, según datos que maneja la empresa Western Union-Pago Fácil, pero que también son relevados por el Indec y el BCRA, es record histórico la cantidad de dinero que los argentinos en el exterior envían a sus familias residentes en la Argentina. En los últimos doce meses, según cifras de la compañía, los envíos de dinero hacia la Argentina se han duplicado.
“Desde la devaluación de agosto del año pasado la tasa de crecimiento de entrada de transacciones desde el exterior ha crecido en forma inmensa, no sólo medida por la cantidad de transacciones, sino también por los montos que se envían. Estamos en el pico histórico, nunca antes se recibió tanto dinero en el país en concepto de remesas”, explicó Maximiliano Babino, gerente general de Western Union-Pago Fácil, una de las empresas que gestionan estos movimientos de dinero.
Según el ejecutivo, desde fines de 2015 que se liberó el envío de dinero al exterior la cantidad entrante y saliente viene creciendo a un 50% anual, tanto en envíos hacia el exterior como en la recepción. Pero ahora eso ha cambiado. Sostienen que los montos superan casi en un 90% los que se hacían hacia la Argentina allá por los años 2001 y 2002, en el peor momento de la crisis.
“Éramos un país que principalmente los inmigrantes enviaban dinero desde la Argentina hacia otros países y ahora somos un país receptor neto de dinero. Las familias argentinas necesitan que se les envíe dinero, el emigrante argentino percibe la demanda de sus seres queridos. Son cerca de un millón de argentinos que viven en el exterior, principalmente envían dinero desde Estados Unidos y España, pero también desde México, Italia y Chile. Esas remesas han crecido un 50% en sólo unos meses y se han duplicado el último año”, señala Babino.
Según datos del Indec, la cuenta “Transferencias personales” que contiene a las remesas, pero que además acumula otros conceptos no desagregados registra para fines de 2018 un incremento en el ingreso de divisas del orden del 32%, si se comparan los u$s 417 millones totales, con el promedio de los años 2015, 2016 y 2017.
A diferencia de la época donde por el cepo cambiario se limitaron los movimientos de divisas hacia el exterior, según Babino el costo de enviar dinero es más bajo y ronda el 1%. Sin embargo, la empresa habilitó en el último tiempo nuevas modalidades que reducen aún más los costos: aplicaciones para celulares y envíos hacia una cuenta bancaria. En promedio, los envíos hacia nuestro país rondan los u$s350 y en general el monto máximo es de u$s500.
Datos de una encuesta realizada en marzo de este año por la consultora Nielsen reflejan que un 60% de quienes envían dinero hacia Argentina son mujeres y que un 58% reside hace más de un año en el exterior. Según los datos del informe, el destino que le dan las familias que reciben esos recursos en la Argentina es para ayuda familiar, es decir, para pagar educación, comida, alquiler y consumos básicos.
Por otro lado, los principales destinos de las remesas que se envían desde la Argentina son Paraguay, Venezuela, Bolivia, Perú y Colombia.