La prédica de Ricardo Quintela es contener a los pobres dentro de su administración. Luego los anuncios fueron en ese sentido, pero no tuvo en cuenta algo primordial: ¿De dónde sacará los recursos para su modelo asistencialista?.
Pagar la boleta de luz, otorgar el boleto estudiantil gratuito, erradicación de ranchos, lanzar el plan laboral PRI, entre otras iniciativas, tienen lógica en el mundo quintelista, pero hoy el momento económico y financiero de la provincia, como de la Nación, no es para “chayar” recursos, como ha sucedido en otros tiempos políticos.
Con todos los empleados públicos bajo la línea de pobreza (para no serlo hay que ganar más de $40 mil) se puede decir que La Rioja está empobrecida. Aquí nadie se salva en el peronismo, ya que gobierna desde 1983.
En el lejano oeste, llámese los departamentos Felipe Varela, Lamadrid y Vinchina, se escucha cada vez más en sus calles la diferencia que existe entre La Rioja y la vecina provincia de San Juan. En Guandacol se habla todos los días de lo mismo, ya que gran parte de los empleados privados son contratados por empresas vinculadas al modelo productivo sanjuanino.
En esa localidad hay guandacolinos que perciben salarios por encima de la línea de pobreza con gran movimiento de camiones por la ruta entre Jáchal y el oeste riojano.
Lo vive también Villa Unión donde los visitantes al Parque Nacional Talampaya lo hacen a través de la vecina provincia.
Fuente: Eduardo Nelsón German
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