Nuestra salud es nuestra responsabilidad. Médicos y especialistas poco pueden hacer, si nosotros no prestamos atención a las señales de nuestro cuerpo, y buscamos su ayuda a tiempo. Conocer para anticipar problemas.
Muchas veces se dice que nadie conoce a su cuerpo como uno. De ahí la importancia de tomar nuestra salud como una propia responsabilidad, ya que médicos y especialistas poco pueden hacer si nosotros mismos no prestamos atención a las señales que nos brinda el organismo para realizar una consulta profesional a tiempo.
Por eso, este Día Mundial de la Trombosis, con el lema #OjoConLaTrombosis profesionales de todo el mundo buscan difundir y concientizar acerca de esta enfermedad. La Trombosis es la formación de un coágulo (trombo) que obstruye la circulación de sangre. El coágulo puede afectar la zona donde se genera, frecuentemente en las piernas (Trombosis Venosa), o desplazarse hacia distintos órganos, como las venas y arterias de los pulmones o del cerebro, con consecuencias potencialmente mortales.
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En los últimos 20 años se ha registrado un incremento de casos de infartos cardíacos y accidentes cerebrovasculares, y en la mayoría de los casos su causa es la Trombosis. Los coágulos afectan a cualquier persona independientemente de su ubicación geográfica, edad, sexo u origen étnico o social. Sin embargo, son prevenibles y detectables. Las altas tasas de mortalidad se deben a un gran desconocimiento sobre esta afección entre la población.
La Trombosis es una enfermedad subestimada a nivel mundial y local, y esto acarrea la ausencia de prevención. Para cuidarse y cuidar a quienes lo rodean es importante conocer los factores de riesgo y los síntomas de esta enfermedad.
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Lo más importante que puede hacer para protegerse de un coágulo potencialmente mortal es saber si está en riesgo y aprender cuáles son los signos de la Trombosis y qué aumenta las posibilidades de padecerla. Es importante conocer si se posee antecedentes de coágulos en su familia. Si pertenece a la población de riesgo consulte con su médico para determinar si necesita comenzar un tratamiento preventivo.
Es clave consumir suficiente agua. La deshidratación causa que los vasos sanguíneos se estrechen y la sangre se espese, aumentando el riesgo de coágulos. No espere a sentir sed para hidratarse y tenga en cuenta que los jugos, infusiones y otras bebidas no reemplazan al agua.
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Es fundamental mantenerse en movimiento, ya que la inmovilidad por largos periodos de tiempo, debido a una vida sedentaria, viajes largos o causada por problemas de salud (hospitalización o reposo absoluto) aumenta el riesgo de padecer Trombosis. Esto se debe a que las venas de las piernas dependen de los músculos para hacer subir la sangre. Sin movimiento, la sangre se estanca y puede causar el comienzo de un coágulo. Ser activo no significa pasar horas en un gimnasio o haciendo ejercicio de alto rendimiento. Para evitar una vida sedentaria puede comenzar caminando unos minutos al día. Si pasa varias horas sentado frente a un escritorio, asegúrese que posee suficiente espacio para estirar sus piernas, evite cruzarlas por mucho tiempo y levántese cada una hora para caminar al menos cinco minutos y estirarse.
En caso de ser hospitalizado hay que exigir que lo evalúen, ya que alrededor del 45% al 60% de los casos de Tromboembolismo Venoso están asociados con el hospital. Esto es la coocurrencia de un coágulo en una vena de la pierna (Trombosis Venosa Profunda) que se desprende y viaja hacia las venas del pulmón obstruyendo la circulación (Embolia Pulmonar). El Tromboembolismo Venoso puede tener graves consecuencias, es la principal causa de muerte hospitalaria prevenible.
Sin embargo, con una simple evaluación su médico puede precisar si usted está en riesgo. Tras un breve cuestionario puede determinar si al internarse usted debe recibir un tratamiento preventivo o no, evitando complicaciones durante su paso por el hospital. Recuerde, la Evaluación de Riesgo de Trombosis es parte de sus derechos como paciente.