En la mayoría de los balnearios mantendrán los precios del 2020 y será un 50% menos para todos los que reserven antes del 31 de diciembre por el plan PreViaje.
Los balnearios de la costa atlántica se preparan para abrir sus puertas el primero de diciembre, día en que los turistas de todo el país podrán ingresar a las distintas ciudades según resolvieron los municipios y el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Deberán seguir los protocolos de sanidad recomendados para evitar los contagios de coronavirus.
Mar del Plata, la ciudad más grandes de las balnearias, tiene diverso tipo de playas y por ende diferentes tipo de precios. Los balnearios más caros son los de Playa Grande y los de las playas del sur de la ciudad, donde una carpa el mes de enero saldrá 100 mil pesos mientras que ofrecen la quincena a 54 mil.
En Punta Mogotes, los balnearios tomaron la decisión de cobrar por personas para ingresar a la carpa pero con una base mínima de cuatro. El promedio para seis personas en enero es de 110 mil pesos toda la temporada, 70 mil el mes de enero, con las quincenas rondando los 37 mil.
También habrá precios por 10 días (27 mil pesos) y por semana (20 mil pesos), manteniendo casi los mismos precios del año pasado. Las carpas no podrán tener más de seis personas mientras que las sombrillas el máximo será de cuatro.
«El precio de las carpas es casi un 50 por ciento menos del año pasado para todos los que reserven antes del 31 de diciembre con el plan del Gobierno de la devolución de la mitad. Es una ayuda importante la que hace el Estado», comentaron desde la Cámara de Balnearios de Punta Mogotes.
Siguiendo los protocolos, cada balneario deberá brindar una alternativa a los clientes que no podrán usar, por ejemplo, las duchas de los vestuarios. La gente si podrá usar para cambiarse pero los mismos deberán estar a un 50% de su capacidad.
«Lo único de las cuestiones físicas que no va haber es duchas en los vestuarios, pero nosotros adaptamos seis duchas en la zona de piletas con el agua mezclada para que la gente pueda pasar sacarse al menos la arena y la salitre antes de irse», contó el dueño del Balneario 12 de Punta Mogotes, Augusto Digiovanni.
Para contolar el distancimiento social, el empresario aseguró que habrá mucho control en las zonas comunes y que las carpas están separadas.
Uno de los temas que preocupa, pero que excede a los balnearios, es la aglomeración de la gente en la orilla del mar. La responsabilidad de la distancia ahí será de los veraneantes porque el «control estatal» es imposible debido a la extensión de las playas de la costa atrlántica.
En cuanto a los restaurantes de los paradores, los mismos tendrán los mismos protocolos que los locales gastronómicos en general y los que sean cubiertos podrán trabajar dentro a la mitad de su capacidad.
En hoteles y lugares cerrados estará prohibido el uso de aires acondicionados.